Un grupo de mujeres jefas de hogar fue recientemente capacitado en peluquería y cosmetología en el marco del área social del Programa Quiero mi Barrio que se ejecuta en el sector La Unión de Tucapel.

Se trata de una iniciativa gratuita que nació con la finalidad de fortalecer las competencias laborales de mujeres jefas de hogar, por medio de la capacitación certificada por un organismo técnico. El curso contó con clases teóricas y prácticas de 50 horas cronológicas, dividas en 2 jornadas por semana, de 4 horas, los martes y jueves.

Pero no solo se trató de aprendizaje teórico, ya que las participantes forjaron una relación de amistad que va más allá de la sala de clases. En su mayoría, son mujeres dedicadas a la vida de hogar, de campo y tradición y que hoy, gracias al taller, pudieron sacar sus raíces para sembrarlas en una nueva tierra fértil que las incentiva a cultivar su propio futuro por medio de micro emprendimientos.

“Estamos orgullosos como Gobierno de poder colaborar a generar un ambiente y una comunicad unida y que se fortalece día a día. Este curso no solo refleja que nuestro Programa entrega obras urbanas y conocimientos, sino que va a más y entrega una segunda familia, un segundo grupo en el que, en este caso, las mujeres encuentran un espacio para encontrarse a sí mismas, para compartir historias, para contar sus verdades, su día a día y ser escuchadas, encontrar comprensión y contención. Esto es lo que genera el Quiero mi Barrio y lo que expandimos en toda la región”, señaló Claudia Toledo, seremi de Vivienda y Urbanismo.

La iniciativa ha cautivado a las familias del sector, uno en el que la poca accesibilidad a estudios técnicos y universitarios, sumado a factores económicos y de cercanía a centros de formación superior, ha llevado a la comunidad a optar por trabajos agrícolas, en su mayoría, temporales.

“Es lo más precioso que ha podido pasar es como un tesoro que ha llegado a este pueblo, ojalá se repitiera en todo Chile, en los campos. Aquí hay muchos campos abandonados. Con esto ha crecido la mujer, nos ha ayudado a salir de la casa, ya no estamos lavando platos, haciendo los porotos”, dijo Ana María González, alumna del taller.

El curso, no solo ha significado el punto de partida para generar recursos económicos, sino que además se ha transformado en el segundo hogar y familia para la mayoría de las mujeres, que ven en el aula no solo la posibilidad de abrirse a nuevos conocimientos y, sino que, además, un nuevo mundo que las reconoce como mujeres.

“Para mí es súper bonito participar en esto porque he aprendido a hacer las uñas, a alisar y, también a veces he llegado con un poco de tristeza y me han subido el ánimo”, indicó Cecilia Cerda, alumna del taller.

“Ha sido algo muy importante para mí, porque ahora ya tengo un ingreso, he estado trabajando y he cobrado por mi trabajo”, Carmen Matamala, alumna del taller.

Así, el taller ha equipado a este valiente grupo de mujeres no solo con un kit básico de peluquería y cosmetología y, conocimientos, sino que ha reafirmado en cada participante su valor, inteligencia y fortalecido la participación activa de las mujeres en el quehacer de la comuna, robusteciendo sus liderazgos y generando emprendedoras que promueven acciones para mejorar sus condiciones de empleabilidad y acceso al trabajo.