El martes de la semana pasada se llevó a cabo una reunión por Zoom por parte de la junta de acreedores de la constructora Claro Vicuña Valenzuela (CVV), que fue declarada en quiebra por la Justicia.

La reunión se extendió por cerca de cinco horas y en ella se discutió acerca de la liquidación de la compañía, cuyos pasivos ascienden a los $96.968 millones.

En este sentido, la liquidación es catalogada como una de las más emblemáticas de este año, no solo por los proveedores que se vieron involucrados, sino también por la cantidad de trabajadores afectados.

Cabe mencionar que, entre otras cosas, la liquidadora de la quiebra está terminando de elaborar más de 2 mil finiquitos a trabajadores, el equivalente a más de $10 mil millones.

Comienzan los remates

En este contexto, se acordó concretar el primer remate de un terreno de propiedad de la constructora, el cual corresponde a un paño de dos hectáreas (Lote 2-A-1) que se encuentra ubicado en El Claro, en Coyhaique, región de Aysén.

De acuerdo a lo anterior, la primera etapa es realizar la tasación del bien y después su venta, lo que estará a cargo de una empresa llamada Tatterstall.

¿Qué ocurre con los finiquitos?

Por su parte, el abogado Octavio Azócar, que representa a 200 exfuncionarios de Claro Vicuña Valenzuela, explicó que "lo más complejo para los trabajadores es la espera en los pagos, pero también la incertidumbre de perder una fuente laboral".

"Tenemos dos grupos de trabajadores afectados que podemos dividir en calificados y de baja calificación, siendo estos últimos los más complicados en reubicarse", manifestó.

En esta línea, Loreto Ried, quien es la liquidadora, indicó que ha elaborado los finiquitos para 2.108 extrabajadores, que fueron despedidos de la empresa previo a la resolución de liquidación, y que suman $10.513 millones.

Por último, Ried aclaró que, hasta el momento, le han notificado de 73 demandas laborales contra la empresa deudora.