No hay dudas de que este 2023 ha sido un año distinto a los anteriores en cuanto a materia climática, lo que se debe a la llegada y posterior fortalecimiento del fenómeno de El Niño.

Las advertencias sobre su influencia resultaron ser certeras. Por ejemplo, por primera vez desde 2005 que Santiago tuvo un invierno tan lluvioso, considerando que se anotaron más de 200 milímetros de agua.

Además, la presente primavera no ha sido como la tradicional estación del año que solíamos vivir. Prueba de ello son las precipitaciones —y hasta granizos, acompañados de truenos y relámpagos— que se han registrado en la Región Metropolitana y la zona centro del país.

¿Hasta cuándo duraría el fenómeno de El Niño?

En septiembre, el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) apoyaron la tesis de un fortalecimiento del fenómeno.

En otras palabras, ese fortalecimiento se traduce en un aumento en las temperaturas en el agua tropical del Océano Pacífico. Así, incrementa el calor en la atmósfera, alterando los patrones de la corriente del Pacífico, lo que también provoca intensas lluvias en Sudamérica.

Junto con afirmar que El Niño estaba más fuerte, ambos organismos predecían que el fenómeno se extendería hasta marzo de 2024. Sin embargo, aquello no sería así.

De acuerdo a datos de NOAA, el fenómeno permanecería hasta julio de 2024. Incluso, la institución sostiene que existe cerca de un 50% de probabilidades de que El Niño persista hasta mediados del próximo año.

El climatólogo de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, explicó que "si El Niño predomina durante el primer semestre (de 2024), el próximo año podría ayudarnos a que el otoño en la zona central no sea tan seco, como desafortunadamente ha sido en los últimos años".