Proyecto de Ley propone caza de perros asilvestrados: Especialistas explican sus implicaciones

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15/04/2024


Por Luis Barril

Un proyecto de ley que busca declarar a los perros asilvestrados como especie exótica invasora y permitir su caza ha generado un intenso debate. Mientras desde una perspectiva ambiental se argumenta a favor de la caza como medida de control, desde el enfoque animalista se critica la falta de protección y se aboga por soluciones que promuevan la tenencia responsable de mascotas. Así la discusión gira en torno a cómo abordar el manejo de estos animales, considerando tanto su impacto ambiental como el bienestar animal.

Lo primero que sostiene la académica de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción y Directora del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Concepción,, Dra. Paula Aravena Bustos, es que no hay que confundir a los perros asilvestrados con los perros callejeros. “Los perros asilvestrados no utilizan al ser humano como una fuente de refugio, ni de agua, ni de comida; sino que se abastecen del ambiente natural. Tienen otro comportamiento y conllevan otras consecuencias para la fauna silvestre, diferentes al perro callejero, que es mucho más fácil de mantener en los barrios al no asumir tanta responsabilidad”, explicó. “El perro asilvestrado no está en las ciudades, está solo en las áreas naturales, forma jaurías y consume fauna silvestre”, añadió.

Sobre los riesgos para la fauna silvestre, la profesional enfatizó que no hay que perder el foco que la primera amenaza es el cambio de uso de suelo, proceso en el que la vegetación nativa se va cambiado por urbanización o por vegetación que considera plantaciones de una sola especie o agricultura.

La Dra. Aravena precisó que el segundo factor importante es el efecto de las especies no nativas sobre las especies nativas. “Los perros son hoy por hoy uno de los principales problemas de los carnívoros por el contagio de enfermedades y de los herbívoros por el consumo, muerte y persecución”, argumentó.

En tanto, el académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción, Dr. Alfonso Henríquez Ramírez, hizo hincapié en que efectivamente existe un problema social que tiene que ver con los efectos que los perros asilvestrados ocasionan tanto a la fauna local, por un lado, como también a las personas.

“Hemos conocido casos tanto de animales que son atacados por este tipo de perros como de personas que sufren daños en su integridad física o que han llegado incluso a la muerte. Por lo tanto, existe un problema, hay una necesidad que se busca satisfacer a través de este proyecto en particular”, manifestó.

Frente a este problema, es que se ha optado por un camino que consiste en declarar a estos perros asilvestrados como especie invasora y permitir su caza, a través de los mecanismos que la ley establece, junto con otras obligaciones que este proyecto dispone en relación con los dueños de perros abandonados y las facultades que se entregan eventualmente a otros órganos de la administración del Estado.

“De cara a esta propuesta, existen dos perspectivas que nos permiten comprender mejor este tipo de iniciativa. Una es la perspectiva ambiental y otra es la perspectiva animalista”, explicó el Dr. Henríquez.

El docente argumentó que desde la primera perspectiva este proyecto es bien recibido, porque se pone foco en la protección de las especies locales, en la integridad de los ecosistemas y en el cuidado de las personas. “Hay que tomar en cuenta que en el ámbito ambientalista existe este concepto que es el de ‘especie invasora’, que son aquellas que se introducen dentro de los ecosistemas y que generalmente pueden ocasionar daños en la cadena trófica u ocasionar daños de ciertas actividades productivas propias de la población humana”.

Ante aquel panorama, en el proyecto de ley se imponen ciertas acciones de erradicación, control o manejo de las especies invasoras. Aquí, por ejemplo, los órganos de la administración del Estado, tales como Conaf —entre otros— cuentan con ciertas herramientas para poder enfrentar casos como estos.

Tenencia responsable

Por otro lado, existe la perspectiva animalista, en la que este tipo de proyectos son considerados muy negativos, porque se entiende que los perros asilvestrados son titulares de cierta protección, son animales que tienen un valor, que no solo son cosas y que atenta contra los derechos de los animales por lo que abogan por soluciones más humanitarias.

“Otra crítica que se señala es que la razón que lleva la existencia de perros asilvestrados está vinculada con el abandono que muchos de ellos sufren por parte de sus cuidadores humanos. Entonces, aquí habría un problema de tenencia responsable de mascotas y la solución frente a eso tiene que ver con acciones vinculadas con la educación o con sanciones a los dueños de estos perros abandonados antes que acabar con la vida de estos animales”, apuntó el Dr. Henríquez.

En el terreno de las soluciones, la Dra. Aravena afirmó que es posible reconocer, pese a una escasez de estudios en la materia, lo que ha resultado en otros países que han tomado medidas frente a la presencia de especies exóticas invasoras, lo que dice relación con planes de erradicación o de control. Los primeros implican hacer desaparecer a las especies exóticas invasoras del medio ambiente natural.

“Eso solo se puede hacer cuando la especie tiene poco tiempo de colonización. Lo más probable es que en el caso de los grupos de perros asilvestrados, ese sea el escenario. Ahora, no hay estudios suficientes, esto es un gran problema como para determinar si el escenario es diferente y hay masificación. Hay muchísimos perros asilvestrados que se transforman ya en una especie que vive de manera cotidiana en el ambiente natural, lo que es un problema tan grande que muchas veces no se puede erradicar y solo puedes controlar el número”, dijo, esperando que nunca se llegue a eso con los perros.

La profesional finalizó señalando que la solución en algunos países ha sido una suma entre la caza, la esterilización y la prohibición. “Prohibir tener perros en algunas zonas, cerca de los parques naturales, por ejemplo, o cobrar un monto de dinero para las personas que quieren tener perros cerca de áreas naturales”, señaló, «junto con siempre estar fiscalizando que sus perros estén vacunados, estén bien alimentados y que restringidos de movimiento”.





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