Un estudio elaborado por la Unviersidad Andrés Bello (UNAB) reveló la baja presencia de mujeres en los libros de Historia impartidos en los colegios chilenos, destacando la marcada disparidad y brecha de género en la materia.

De acuerdo al informe, titulado "Mujeres y género en la enseñanza de la Historia en Chile: una problemática histórica educacional a la luz de los textos escolares actuales" y a cargo de la historiadora y decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, María Gabriela Huidobro, la presencia femenina en los libros solo alcanza el 21%.

En contrapartida, los hombres aparecen en un 79% de las informaciones.

La investigación afirmó que entre tercero y sexto básico las mujeres son mencionadas en un 26% de lo narrado, la brecha se amplía aún más entre séptimo básico y segundo medio, donde los personajes femeninos solo corresponden al 19% de las menciones.

Huidobro subrayó que, más allá de la cantidad, también es relevante advertir la calidad de estas expresiones.

"Las menciones masculinas refieren a la participación protagónica de personajes masculinos individualizados, reconocidos con nombre y apellido; las mujeres, en cambio, son incorporadas en menciones colectivas y anónimas, su participación suele ser secundaria, anecdótica o marginal", aseveró.

Asimismo, remarcó que "el 90,1% de las menciones de personajes individuales son hombres y sólo el 9,9% son mujeres. Mientras los textos contienen el nombre de más de 600 hombres, con nombre y apellido, la cantidad de mujeres individualizadas no alcanzan a ser 60".

El informe también concluyó que las mujeres tienden a concentrar sus menciones en procesos culturales y sociales, con un 37,5% y 27,9%, respectivamente, mientras que la participación masculina es más significativa en procesos políticos y económicos, con un 37,5% y 34,6%. Esta diferencia se acentúa aún más en el caso de los procesos militares, económicos y políticos, donde la presencia masculina es abrumadoramente mayor.

La experta también expresó la necesidad de narrar los distintos hechos y fenómenos históricos no solo desde la mirada tradicional, sino también "incorporar nuevas perspectivas, tanto de historiadoras como de voces femeninas del pasado que ofrecen sus particulares testimonios sobre la época que enfrentaron".