La denuncia en contra de Manuel Monsalve por la presunta violación a una subalterna de la Subsecretaría del Interior llevó a la Fiscalía Centro Norte a incautarle otros tres teléfonos celulares que estaban en su posesión.

El ente persecutor solicitó una nueva orden de entrada y registro al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago la semana pasada, tras detectar que había otros dos celulares en poder de la otrora autoridad.

Por esos días, trascendió que el viernes 11, antes de que comenzara la investigación, Monsalve puso su celular a disposición de personal de inteligencia, quienes tras revisarlo se lo devolvieron. Fue ese aparato el que el acusado entregó al Ministerio Público el 15 de octubre, en el marco de una diligencia que su defensa ha puesto en duda.

La orden de entrada y registro solicitada se concretó el 18 de octubre, pasadas las 18:00 horas, en un domicilio de Santiago en donde se presume que ahora reside el exsubsecretario, aparentemente con el fin de estar disponible a los requerimientos que puedan tener el ente persecutor y las policías por este caso.

Durante esa revisión, la PDI encontró un tercer celular que no estaba en el radar de la Fiscalía, el cual de todos modos incautó mediante una ampliación de la orden original, generando la molestia de la defensa de Monsalve, encabezada por la abogada María Inés Horvitz.

El equipo jurídico reclamó que no había autorización para tal decomiso, y anunció la presentación de amparos y denuncias de ilegalidad en contra de la Fiscalía y la policía civil. A la fecha, Horvitz ya ingresó una cautela de garantía ante el Séptimo Juzgado de Santiago acusando graves vulneraciones al debido proceso, audiencia que se realizará este miércoles a las 9:00 horas.

De momento, el Ministerio Público optó por no revisar el mentado teléfono y dejarlo en custodia del tribunal, a la espera de lo que se resuelva mañana, pues actúa como garante de que no será manipulado a menos que la PDI cuente con una autorización expresa de la justicia.

OLA DE RENUNCIAS A LA SUBSECRETARÍA DEL INTERIOR

Desde que se destapó el escándalo, cinco personas han renunciado a la Subsecretaría del Interior: la última en hacerlo fue la ahora exasesora legislativa Ana Lya Uriarte, quien comunicó su salida "inmediata e irrevocable" al actual titular de la cartera, Luis Cordero, la noche del lunes, consignó La Tercera.

Entre las razones detrás de su decisión, la militante socialista planteó que La Moneda está "atravesando una coyuntura compleja" y cree que abandonando el Gobierno, Cordero podrá disponer de "todos los espacios que resultan críticos y necesarios para establecer los ejes de lo que debe ser, en esta nueva etapa, la estrategia gubernamental para enfrentar el desafío de la seguridad en Chile".

Este lunes también confirmó su renuncia al equipo el encargado de seguimiento de compromisos del equipo de Monsalve, Gustavo Herrera (PS), quien fuera la jefatura más directa que tenía la denunciante en la Subsecretaría del Interior.

Antes de Uriarte y Herrera, salió el jefe de gabinete de Monsalve, el también socialista Gabriel de la Fuente, quien según ha trascendido, se convirtió en un testigo clave de la investigación, por haber sido -según la afectada- quien le informó que en septiembre comenzaría a trabajar de forma más estrecha con el entonces subsecretario.

Finalmente, el mismo 17 de octubre en que la otrora autoridad abandonó La Moneda, lo acompañaron sus dos asesores de prensa más cercanos: Ana María Araneda y Diego Bustamante.