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Crónica
Social
16/08/2024
La ira, también conocida como la rabia, es una de las emociones que todos experimentamos. Aparece como una respuesta natural a amenazas percibidas y es una reacción a situaciones que consideramos incorrectas o injustas para nosotros.
Por lo anterior, ¿has pensado cuánto nos enojamos últimamente? Desde el inicio del día con el conductor que te bloquea el paso, con alguien en el trabajo que hizo o no hizo algo, o con alguien de tu familia o cercano, parece que la ira se ha vuelto cada vez más parte de nuestro ser.
Creo que vivimos en una época en la que todo va demasiado rápido, donde la tecnología nos bombardea con información a cada segundo, las redes sociales nos ponen en contacto con todo el mundo y, al mismo tiempo, nos aíslan, y la presión por tener éxito es cada vez mayor. En medio de todo este caos, nuestra paciencia y tolerancia se van desgastando poco a poco.
La ira podría ser incluso como un virus que se contagia, porque vemos a otros enfadarse y, sin darnos cuenta, nosotros también empezamos a perder la paciencia y a enojarnos rápidamente. Todos hemos sentido la ira en algún momento, pero la clave está en aprender a controlarla con técnicas o terapias para manejarla de manera más saludable.
La ira no nos hace más fuertes, sino más débiles, porque cuando nos dejamos llevar por ella, por la rabia o incluso por la furia, podemos perder el control de la situación, y lo más seguro es que dañemos a alguien a nuestro paso, incluyendo nuestras relaciones con los demás.
Por lo tanto, creo que debemos respirar hondo, contar hasta diez o simplemente alejarnos de la situación, lo cual nos permitirá vivir más tranquilos y en paz, y, sobre todo, ser más tolerantes y empáticos con las demás personas.
La anterior opinión es personal, si crees que vale la pena compartirla, agradecería lo hicieras y pudieras darle like.
Autor: Máximo Martínez Campos