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Crónica
Social
10/02/2025
En época de festivales, ferias, eventos, galas y fiestas, no son ellos quienes dan la pauta para un verano encendido, lamentablemente el protagonista nuevamente son los incendios forestales, una tragedia que a muchos les parece inevitable e incluso habitual.
Con más de 30 grados, ráfagas sobre 30 km/h y una humedad bajo el 30%, el clima permite a los incendios forestales propagarse como si el terreno fuera pólvora. A la fecha, Conaf informa 4 mil incendios y 35 mil hectáreas. Lo más doloroso es que no son fenómenos naturales, sino actos intencionales que dejan devastación.
No solo se afectan plantaciones forestales; también casas, villas, siembras y huertos frutales, fundamentales para la economía local, son reducidos a cenizas en horas. Familias dependientes del trabajo agrícola lo pierden todo. No es solo el daño económico; algunas veces y en el peor de los casos, se pierden vidas humanas.
Aunque las condiciones climáticas son inevitables, hay medidas preventivas que deben reforzarse. En sectores rurales expuestos al fuego, la vigilancia debe ser constante, con patrullajes preventivos, campañas de sensibilización y sanciones más estrictas a los responsables. También se debe equipar adecuadamente a las compañías de bomberos, héroes sin capa que merecen todo nuestro respeto.
Es indispensable trabajar la educación ambiental en los colegios sobre el cuidado de los recursos naturales y la conciencia del impacto de los incendios. Tal vez en el futuro disminuyan estos actos criminales. Por otro lado, es necesario investigar qué motivaciones existen detrás de los incendios provocados: conflictos territoriales, económicos o simples actos irresponsables.
Como sociedad, debemos adquirir un compromiso real, yendo más allá del calor de la temporada, manteniendo la prevención activa todo el año. Solo así protegeremos nuestras tierras, nuestros recursos y, sobre todo, la vida de quienes habitan estos sectores, así como la de los voluntarios que combaten cada incendio.
La anterior opinión y reflexión es personal, si te gustó, dale like y comparte en tus redes. Autor: Máximo Martínez Campos