Columna de Opinión: ¿Licencia psicológica de conducir?

Nacional

Crónica

Social

24/02/2025


Cada vez se ven más vídeos de personas al volante que nos dejan perplejos, y simplemente por sus  actitudes que revelan un profundo problema. Por ejemplo un conductor, en medio de un accidente de tránsito, le gritaba a bomberos porque no le permitían pasar mientras estos rescataban a personas en un vehículo chocado.

Otro ejemplo de un conductor que, delante de una ambulancia con sirenas encendidas, decide acelerar y no dejarla pasar, mientras todos los demás vehículos se abren para darle paso. 

Por situaciones cotidianas como esas, uno se pregunta: ¿en qué momento dejamos de ser humanos para convertirnos en seres incapaces de detenernos ante la urgencia de otro? O peor aún, ¿por qué creemos que nuestro tiempo o nuestras prioridades están por sobre la vida de alguien más?

Lo preocupante es que este tipo de actitudes no son hechos aislados ni excepciones a la regla, basta con que alguien toque la bocina un segundo más para que otro conductor explote.

Y no se trata de simples gestos de desaprobación. No. Se trata de personas bajándose del auto con palos, fierros o lo que encuentren a mano, dispuestos a resolver con violencia lo que en otro contexto se podría zanjar con una disculpa.

Conducir un vehículo compartiendo calles, es un acto de convivencia, pero parece que muchos lo olvidan en cuanto ponen las manos al volante, como si el auto fuera una burbuja que los aísla de cualquier norma social. Y no se trata solo de normas de tránsito, se trata de humanidad, de recordar que detrás de cada sirena, hay personas que están esperando ser rescatadas o trasladadas para ser atendidas.

Puede que mañana sea uno mismo el que necesite que un conductor se abra para dejar pasar una ambulancia, o que un bombero corte el tránsito para rescatar a alguien querido. Porque en la ruta de la vida, nunca sabemos cuándo estaremos del otro lado. Quizás es momento de bajarnos un poco de la soberbia, soltar el acelerador y, al menos al volante, volver a ser humanos antes que conductores.

La anterior opinión y reflexión es personal, si te gustó, dale like y comparte en tus redes.  

Autor: Máximo Martínez Campos





Noticias Relacionadas