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09/07/2025
"Somos mamíferos de talla media, no corremos muy rápido, no nadamos muy bien, no podemos volar… Lo que nos hace especiales es lo que podemos hacer unidos. Lo que hacemos juntos", afirma Jamil?Zaki, psicólogo, director del Stanford Social Neuroscience Lab y referente internacional en empatía.
De acuerdo con sus palabras, a pesar de lo que se ve en el día a día, los seres humanos son, por lejos, los campeones del mundo en amabilidad, colaboración y unidad. "Nuestra capacidad para conectar con los demás, especialmente con quienes son diferentes a nosotros, es un acto de resistencia, una manera de luchar contra el discurso popular que nos está dividiendo y destruyendo", enfatiza.
Zaki recuerda que, en un mundo tan polarizado como el actual, cultivar la esperanza es elegir confiar, y que esa decisión puede transformar relaciones, sociedades y culturas.
El psicólogo ha dedicado los últimos 20 años de su vida a estudiar cómo es que se pueden potenciar las conexiones sociales para crecer tanto individualmente, como a nivel comunidad.
"Cuando me hice científico, empecé a estudiar la empatía", relató en una charla para el ciclo Aprendemos Juntos 2030 de BBVA. Aprendió que es un superpoder humano que todos llevan dentro, y la describe como la capacidad de entrar en el mundo de otra persona y estar con ella.
"También aprendí que hoy la empatía está en peligro", advirtió. Pero no son todas malas noticias, según explicó, ya que la capacidad empática no es innata, pero sí es una habilidad entrenable.
Es algo en lo que se puede trabajar mediante prácticas que van desde la meditación hasta la mirada compasiva hacia el otro. Según el psicólogo, la empatía tiene una composición tripartita.
En primer lugar, está la capacidad de sentir lo que otros sienten; la segunda parte es tratar de comprender lo que el otro siente y por qué, "le decimos empatía cognitiva", reveló. "Y en tercer lugar está nuestro deseo de que otras personas se sientan mejor, de ayudarlas, si podemos. Es lo que llamamos compasión", agregó.
El panorama actual
A juicio de Zaki, hoy "vemos una división creciente". "En los años 50 y 60, la gente discrepaba unos de otros, pero podían seguir sentándose en la misma mesa y tener una conversación sobre sus puntos de vista.
Ahora nos evitamos”, sostuvo. Cuando dos individuos de opiniones opuestas se comunican, suele ser gritándose, a menudo a través del celular, por internet.
"En ese ambiente psicológico tan tóxico, nuestra relación con la empatía empieza a cambiar", advierte. Podemos empezar a sentir no solo que ser empático es una debilidad, sino que puede ser peligroso, reconoció. Para hacerle frente a este paradigma, el experto sugiere ser escépticos y pensar como científicos.
En este sentido, planteó el concepto de escepticismo esperanzado, es decir, pensar como un científico y estar abierto a las pruebas, pero también entender que, "como la mayoría estamos tan centrados en lo negativo, cuando nos abramos y veamos cómo es la gente en realidad, nos llevaremos una grata sorpresa".
Finalmente, Zaki recordó las décadas de pruebas que muestran que la mayoría de la gente es más digna de confianza, generosa y amistosa de lo que uno cree.