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Social
Salud
12/07/2025
Una fuerte caída en el consumo de alcohol se ha registrado en los jóvenes durante los últimos años. Según estudios y expertos, sería varios los factores que habrían impulsado esta disminución que los diferencia de otras generaciones.
Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el impacto global del consumo de alcohol y tratamientos de los trastornos por consumo de sustancias de 2019, el consumo promedio global de alcohol disminuyó de 5.7 a 5.5 litros por persona.
En Chile la situación va en la misma línea. Entre 2010 y 2019 el consumo en población mayor de 15 años en Chile bajó de 9,6 litros de alcohol puro (LAP) a 6,8 LAP (alcohol registrado 6,4 LAP + alcohol no registrado (ilegal) 0,4 LAP). Con esto, se posicionó en la tabla en el puesto 14 de 35 de los países que participaron de la medición. Además, cabe destacar que el país redujo sus niveles de ingesta de alcohol en un 30%, siendo el tercer país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en conseguirlo, justo detrás de Costa Rica (-35%) y Corea del Sur (-33%).
Pero, ¿qué está pasando con las nuevas generaciones que están tomando distancia del consumo de alcohol?
Al respecto, el presidente de la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas (Aprocor), Juan Pablo Solís de Ovando Lavín, mencionó que "en Aprocor observamos con atención la tendencia de menor consumo de bebidas con alcohol entre adultos jóvenes en Chile".
"Este fenómeno refleja un cambio profundo en los patrones de comportamiento, donde las nuevas generaciones están priorizando la moderación y la calidad sobre la cantidad", explicó Solís de Ovando.
En esa línea, afirmó que "estudios internos y análisis de mercado nos muestran que los consumidores jóvenes están optando por un consumo más consciente y selectivo, lo que se traduce en la llamada 'premiumización': se consume menos volumen, pero se eligen productos de mayor calidad, valor agregado y experiencia".
Menos sociabilidad
Para el presidente de Aprocor, "existen cambios culturales profundos, donde las experiencias sociales y la conexión personal están desplazando prácticas tradicionales asociadas al consumo excesivo".
"Este grupo de consumidores valora cada vez más la moderación, la responsabilidad y la toma de decisiones informadas", aseguró. Uno de los efectos que se podría atribuir a la caída en el consumo de alcohol es que tras la pandemia, muchos prefieren quedarse en casa por sobre la idea de salir a reuniones con otras personas, lo que podría contribuir a la caída del consumo de alcohol.
Además, las nuevas generaciones tienen menos socialización en persona que antes. En parte, esto se debe a la masificación de aparatos tecnológicos y redes sociales, que permiten que no sea necesario salir a reuniones para relacionarse con otros.
Según el estudio "Las verdaderas razones por las que la Generación Z bebe menos alcohol" de Bourcard Nesin, analista senior de Bebidas de Rabobank, gran parte del descenso de consumo de alcohol en jóvenes "se produjo después de 2012, cuando el uso de dispositivos móviles se volvió omnipresente en la vida adolescente".
"Preguntamos a profesionales de la salud pública sobre los factores que impulsaban esta tendencia y todos señalaron al mismo culpable: los teléfonos celulares, las tabletas y las pantallas en general.
De hecho, la disminución del consumo de alcohol entre menores es uno de los pocos resultados positivos de la llegada de una infancia basada en el uso del teléfono", mencionó la investigación.
Percepción de riesgo
Según el estudio "Las verdaderas razones por las que la Generación Z bebe menos alcohol" de Bourcard Nesin, analista senior de Bebidas de Rabobank, los jóvenes hoy están viviendo sus primeras experiencias con alcohol a más edad en comparación con otras generaciones, particularmente a mediados de los 20 y 30 años.
Esto va en línea con lo que ocurre en Chile, donde el 15° Estudio de Drogas en Población Escolar aplicado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) reveló un menor consumo de alcohol y más percepción de riesgo, alcanzando sus niveles más bajos en las últimas dos décadas.
En el estudio aplicado a 878.046 alumnos de 8° básico a 4° medio entre septiembre de 2023 a abril de 2024 se demostró que habría una prevalencia de consumo de alcohol en el último mes que disminuyó de 24% en 2021 a 22,7% en 2023. Además, la percepción de riesgo del consumo frecuente de alcohol pasó de 55,1% a 56,3%.
Para la directora del Senda, Natalia Riffo, "en términos generales, estas son buenas noticias. El consumo de alcohol entre jóvenes sigue bajando, y eso habla de que la prevención sí tiene efecto cuando se hace de forma integral.
El estudio en población escolar de 2023 mostró que el consumo en el último mes llegó al 22,7%, una cifra que ha ido cayendo sostenidamente desde 2015. También lo vemos en la población general: entre 2020 y 2022, el consumo mensual bajó de 44% a 39%".
"Esta baja en el consumo de alcohol entre jóvenes no es casual, y probablemente se explica por varios factores que han ido actuando en conjunto", aseguró la directora del Senda.
En el caso específico de Chile, apuntó que uno de los factores de la baja pueden ser los trabajos preventivos que ha impulsado Senda, que "no solo entregan información, sino que ayudan a desarrollar habilidades para tomar decisiones, para resistir presiones, para cuidarse y cuidar al resto".
"Otro punto importante tiene que ver con el acceso. Hoy hay más regulación y normas que han restringido o dificultado la venta de alcohol, especialmente a menores de edad. Eso marca una diferencia. Cuando no está tan disponible, es menos probable que se consuma a edades tempranas", afirmó.
Al respecto, el presidente de Aprocor afirmó al respecto que "si bien el estudio se enfoca en población escolar, estos datos anticipan comportamientos que se consolidan en la transición hacia la adultez joven, donde se privilegia un consumo más consciente y responsable".
Preferencias por drogas
Disminuye el consumo de alcohol, pero abre paso al consumo de drogas. El mismo estudio aplicado en población escolar mostró un aumento en las declaraciones de consumo de cocaína de 1,9% en 2021 a 2,5% en 2023.
En cuando a la pasta base, esta subió de 1,1% a 1,8%. En ese mismo sentido, según reveló el Informe Mundial sobre Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) de 2025, Chile registró una caída en el consumo de cocaína, pero dicha baja podría ser una medida "transitoria" y no a largo plazo, advirtió el estudio.
Sin embargo, el país sigue dentro de los primeros lugares en el ranking de Sudamérica y América Central sobre consumo de drogas. En concreto, Chile obtuvo el segundo lugar en consumo de opioides (1,54%) y éxtasis (0,52%).
Además, se encuentra en el tercer lugar con cannabis (11,39%), cuarto en cocaína (1,11%) y quinto en tranquilizantes y sedantes (1,89%). También está en novena posición en el consumo de anfetaminas (0,19%) y estimulantes con recetas (0,03%).
Más salud, menos alcohol
Pese a este leve aumento del consumo de drogas más duras, una de las características de las generaciones Z y millennial es que según varios estudios, son más propensos a priorizar su salud y el bienestar físico, emocional y social.
En ese sentido, Riffo aseguró que "hay una mayor conciencia en adolescentes sobre los efectos del alcohol, sobre todo cuando se consume en exceso o desde muy temprana edad. Hoy hay una generación que se cuida más, que habla de salud mental, que cuestiona ciertos hábitos que antes eran normales".
Desde Aprocor, Solís de Ovando mencionó que "la disminución en el consumo de bebidas con alcohol entre los jóvenes adultos en Chile responde a un fenómeno multifactorial. Por un lado, observamos una mayor conciencia sobre la salud y el bienestar, lo que ha llevado a las nuevas generaciones a priorizar un estilo de vida más equilibrado y evitar excesos".
Otro de los posibles factores de la caída en ingesta de alcohol de jóvenes es el aumento del consumo de medicamentos recetados para trastornos mentales, ya que su mezcla supone riesgos importantes a considerar para la salud.
El 11° Termómetro de Salud Mental en Chile, elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales reveló que un 12,7% de los encuestados exhibió sospecha o presencia de problemas de salud mental en abril de 2025.
Un 13% exhibió síntomas moderados o severos de depresión. A esto se suma que entre quienes experimentan problemas de sueño, el 25,8% declaró indicios de ansiedad generalizada, lo que representa un alza de 2,2 puntos respecto al estudio de abril de 2024. Estas cifras no son sorpresivas.
Según datos de la OCDE sobre el aumento de medicamentos recetados para tratar la depresión, en 2022 en Chile había una tasa de 46,5 cada 1.000 habitantes.
En 2025 esa cifra alcanzó el 94,3, casi el doble. Además, el país se ubicó en quinto lugar en el ranking de consumo después de Islandia (157,3), Portugal (150,5), Canadá (134,0) y España (98,4).
Expertos advierten que su mezcla con alcohol puede ser peligrosa, ya que provocar síntomas como dolores fuertes de cabeza, vómitos o incluso intoxicación. Por esta razón, el aumento de este tipo de fármacos podría estar directamente relacionado con la baja del consumo de alcohol.
Auge de lo "sin alcohol"
En Chile, el consumo de los mocktails -o tragos sin alcohol- van al aumento, siguiendo tendencias de otros países del mundo. Supermercados, bares, restaurantes y hasta cafeterías han ido renovando sus ofertas abriéndose al mercado "cero".
Este tipo de bebidas comenzó a tomar fuera tras una Ley Tolerancia Cero que entró en vigencia en 2012 y que aumentaba las penas contra las personas que manejaban y provocaban accidentes bajo la influencia del alcohol, la que luego fue reforzada en 2014 por la Ley Emilia.
Para el presidente de Aprocor, "se han consolidado tendencias globales y locales que impulsan el interés por productos con menor graduación de alcohol y alternativas innovadoras, como los cócteles listos para beber (RTD) y ICE, aunque estas categorías todavía representan un volumen menor en comparación con las tradicionales".
"Estos factores reflejan una evolución en las preferencias y expectativas de los consumidores jóvenes, quienes buscan opciones que se alineen con sus valores y estilos de vida actuales", apuntó Solís de Ovando. Según un estudio de la consultora IWSR, el mercado global de bebidas no alcohólicas y low-alcohol creció 31% en volumen entre 2018 y 2022.
Además, se espera una tasa de crecimiento anual compuesta de entre 4% entre 2024 y 2028, y que genere un crecimiento de más de 4 mil millones de dólares para ese año.
Asimismo, en Chile han ido en aumento los eventos sin alcohol. Según la encuesta 5C de Cadem N°56, un 38% declaró haber escuchado de las fiestas sin alcohol y un 27% de las conocidas como "coffee party", fiestas en que no se toman tragos, sino que se ofrecen café e infusiones y suelen hacerse en recintos como cafeterías o restaurantes en horario diurno, una tendencia que ha ido en aumento en redes sociales.
De los encuestados, un 59% se mostró abierto a la posibilidad de asistir a este tipo de eventos que está en tendencia en varios países, afirmando que definitiva o probablemente sí iría a uno.
Factores económicos y hobbies
El estudio de Nesin consignó que hay factores estructurales y económicos que han cambiado los cambios de hábitos de jóvenes con respecto al consumo de bebidas alcohólicas.
En términos generales, los gastos de la generación Z en alcohol no sería significativamente inferior al de las otras. Ellos destinarían un 0,72% de sus ingresos, frente al 0,65% de la generación X y el 0,83% de los boomers.
La diferencia recae que entre los jóvenes de hace 30 años, destinaban un 1,1% del total de sus ingresos solo para alcohol. Esto da cuenta de que las nuevas generaciones restringen sus oportunidades de consumo dado el aumento del costo de la vida y la preferencia por otros hobbies o distracciones en su tiempo libre.
Una de las tesis que manejan conocedores en el tema es que la baja en el consumo de alcohol se debe también al aumento de la participación de apuestas online en el país, una industria que crece cada día más.
En concreto, apuntan a que los jóvenes están priorizando destinar su dinero a actividades vinculadas a juegos por sobre bebidas alcohólicas. El último reporte de la Corporación Juego Responsable de 2022 dio cuenta de que un 13,1% de los encuestados presentaban juego en riesgo versus al 9,6% en 2018.
En tanto, en 2022 un 8,3% dio cuenta de un juego problemático o patológico, versus un 2,2 en 2018.
En cuanto a edad, entre los 18 y 30 años, un 86,6% es jugador de bajo riesgo, un 5,6% en riesgo, un 4,4% es problemático y un 3.5% es patológico.