Dejar de fumar, incluso en la madurez, frena el deterioro cognitivo

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14/10/2025


Un reciente estudio liderado por el University College de Londres (UCL) revela que abandonar el tabaco, aun cuando la persona ya ha pasado los 40 años, favorece la preservación de la memoria y reduce el riesgo de demencia. 

Un rayo de esperanza para la salud cerebral

Los investigadores analizaron información de casi 9.500 adultos de 12 países, comparando a quienes dejaron de fumar con los que siguieron haciéndolo. Tras seis años de seguimiento, quienes abandonaron el cigarrillo mostraron una disminución más lenta en sus capacidades de memoria y fluidez verbal: casi un 20 % menos de pérdida de memoria y una tasa de deterioro verbal 50 % menor frente a los fumadores persistentes. 

El estudio ajustó sus resultados considerando factores como edad, sexo, nivel educativo y país de residencia, con lo que los científicos aseguran que la asociación observada es consistente entre distintos contextos. 

Nunca es demasiado tarde para dejarlo

Aunque estudios anteriores habían señalado mejoras en la salud general y cardiovascular al dejar de fumar, quedaba en duda si esos beneficios se mantenían cuando el abandono ocurría en etapas medias o avanzadas de la vida. Esta investigación aporta evidencia de que la mejora cerebral también se extiende a esos casos. 

Según Mikaela Bloomberg, una de las autoras del estudio, “este hallazgo muestra que dejar de fumar ayuda a mantener una mejor salud cognitiva a largo plazo, por lo que nunca es demasiado tarde para intentarlo”. Su colega Andrew Steptoe agrega que un deterioro cognitivo más lento se traduce en menor riesgo de demencia.

Implicancias para la salud pública

Este estudio refuerza el mensaje de que dejar de fumar no solo protege al corazón y al pulmón, sino también al cerebro. Los resultados sugieren que los programas de cesación tabáquica deberían dirigirse también a personas de mediana edad y mayores, para maximizar los beneficios cognitivos.

Para quienes aún fuman, el mensaje es claro: no importa la edad, abandonar el hábito aporta beneficios reales a la salud cerebral a mediano y largo plazo.





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