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Crónica
26/12/2025
Gran necesidad de fortalecer la concientización y control de la conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas entre los chilenos reveló la quinta Radiografía al Consumo de Alcohol en Fiestas de Fin de Año, estudio de la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas (Aprocor) y Cadem que se presentó en días recientes, tras encuestar a hombres y mujeres mayores de 18 años del país.
“Esta radiografía muestra una normalización muy peligrosa y que el miedo a la sanción o a la pérdida material pesa mucho más que la conciencia del riesgo humana. Como Aprocor queremos ser muy claros: ningún viaje, ni ninguna celebración, justifica que alguien conduzca después de beber”, advirtió Juan Pablo Solís, presidente de la asociación.
Entre principales resultados está que 61% de los encuestados cree que a quienes conducen tras beber alcohol les preocupa mayormente ser detenidos y 19% chocar el propio vehículo, mientras solo 11% considera que es la posibilidad de causar daño grave o la muerte a otros.
Además, confirmó la creciente normalización de la conducción con alcohol. El 44% cree que es muy o algo probable que un familiar o amigo maneje bajo sus efectos en estas fiestas y en 2024 fue 38%; y 43% considera “socialmente aceptado” conducir en estado etílico en Año Nuevo, y fue 35% en 2024. Y hay gran indolencia frente a los accidentes: 70% cree que a los chilenos “les da lo mismo” si un año hay más o menos fallecidos.
Mientras 55% percibe poco o nada probable ser fiscalizado, 21 puntos más que 2024, y sólo 10% cree que quien conduce con alcohol enfrentará un castigo ejemplificador. Además, la mitad no tiene claridad sobre las sanciones legales por manejar con alcohol.
Otro punto crítico es que 5 de 10 personas piensa que no se pueden prevenir los accidentes asociados al consumo de alcohol, y una proporción similar considera inevitable que algunas personas conduzcan bajo sus efectos durante estas fiestas. También mostró la peligrosa tolerancia a la conducción bajo alcohol. El 78% señala no temer subir al auto de alguien que ha bebido en estas fiestas, y la principal razón atribuida a la decisión de manejar después de beber es la creencia que “una o dos copas no afectan”.