Nacional
Crónica
05/04/2022
La explosión en los precios de los materiales de la construcción es, hoy en día, el principal dolor de cabeza de la industria, lo que ha provocado que los costos se disparen hasta un 17% y complicado la ejecución de proyectos privados, y también públicos.
La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) entregó ayer su informe MACH, exponiendo pesimistas proyecciones para 2022 y entregando una serie de alertas para el sector.
Además de pronosticar que la inversión en la construcción se contraerá 3% este año y que aquello, seguramente, tendrá efectos sobre el empleo, desde el gremio también manifestaron su preocupación por el déficit habitacional que golpea al país, lo que podría profundizarse dadas las actuales complejidades para adquirir una vivienda ante la fuerte inflación, altas tasas, mayores requisitos de los bancos para entregar préstamos y la menor oferta de proyectos.
Paula Urenda, gerenta general de la CChC, detalló que el déficit habitacional en Chile va desde 600 mil a 800 mil viviendas y recordó que el gremio en conjunto con Techo y otras organizaciones de la sociedad civil se plantearon el año pasado la meta de déficit cero para a finales de la década, lo que se está haciendo "cada día más difícil".
En esa línea, comentó que los subsidios para viviendas sociales han caído en más de 20 mil viviendas en los últimos 10 años. "Si en 2010 se pagaban 80 mil viviendas, ya vamos del orden de 60%", dijo, además de manifestar su preocupación por el hecho de que "estamos llegando a 81 mil familias en campamentos, el índice más alto desde el año 1996".
"Por eso creemos que todo lo que está pasando hoy día en términos de costo de materiales es importante", subrayó Urenda, sobre todo para los proyectos de viviendas sociales.
Lo anterior, expuso, "dado que los contratos son a precio fijo y a suma alzada, y hay muchos contratistas o empresas constructoras que no están logrando llegar a los ingresos necesarios para solventar esos costos y eso hace que renuncien a los proyectos".
De hecho, precisó que de la cantidad de contratos que fueron licitados en 2020, "tenemos 55 proyectos que han sido renunciados y 27 que todavía no inician, porque no les dan los costos. Esas son casi 15 mil viviendas -a lo largo de Chile- que hoy día no están pudiendo entrar al sistema, más las 18 mil viviendas de los proyectos que fueron convocados en 2021 que tampoco han podido iniciarse".
Sin embargo, este se trata de un problema que, a juicio del presidente de la CChC, Antonio Errázuriz, sí tiene solución. ¿Cómo? Replicando lo que ya se hace en Chile con los servicios que dan las empresas contratistas en la minería, que es "incorporar dentro de los contratos reajustes polinómicos que consideren varias variables y ahí se incorporen los precios de los materiales".
"Todos los proyectos del MOP y Minvu hoy vigentes no consideran ese reajuste polinómico, entonces es imposible al final del día resistir un alza del precio de los materiales de un 30% anual. Es imposible", recalcó. Lo anterior, considerando que "el alza de precios de materiales nos va a acompañar por un tiempo".
Dicho eso, Errázuriz comentó que han tenido conversaciones con los ministros sectoriales para incorporar en los contratos este mencionado reajuste por alza de precios de los materiales, lo que, aseguró, ha tenido una buena acogida para los futuros contratos, pero "el problema está en aquellos proyectos que ya están en ejecución".
"Son miles de viviendas que, si no hay una solución, vemos con mucha dificultad que se vayan a construir. Tenemos que seguir en esto, tenemos una agenda de reuniones con los ministros sectoriales y esperamos tener eco como lo tuvimos para proyectos futuros", dijo.