El debate por la reelección inmediata en la propuesta y la hipotética figura del Presidente en campaña

Nacional

Crónica

28/07/2022


El proyecto de nueva Constitución trae varios cambios al sistema político vigente. Entre esos, permite que el Presidente de la República se reelija por única vez, después o inmediatamente al terminar su período.

Es decir, una vez concluido su mandato de cuatro años, quien esté en el cargo podrá ser candidato otra vez para lograr cuatro más en el poder, como ya sucede en otros países.

No obstante, esto no aplicará para Gabriel Boric, pues una norma transitoria exime de esta posibilidad al Mandatario electo para el período 2022-2026. Hoy es posible reelegirse más de una vez en el puesto, pero no de forma inmediata. Por eso se abre un debate sobre qué beneficios o qué riesgos traería esta nueva medida, y cómo podría funcionar en Chile.

Los antecedentes históricos

El académico de la U. San Sebastián y UC y director de Formación del Instituto Res Publica, Alejandro San Francisco, remarca que este mecanismo estuvo contemplado en la Constitución de 1833, que establecía un período de cinco años con posibilidad de reelección de otros cinco más. "El sentido de estas normas era fortalecer la autoridad presidencial, que era el eje del sistema político del llamado régimen conservador o portaliano.

Esto fue lo que permitió la existencia histórica de los famosos "decenios", es decir, dos gobiernos consecutivos de cinco años cada uno: Joaquín Prieto (1831-841), Manuel Bulnes (1841-1851), Manuel Montt (1851-1861) y José Joaquín Pérez (1861-1871)".

Una reforma constitucional en 1871 prohibió esta posibilidad, y San Francisco asegura que "el problema de fondo, como se había demostrado históricamente, es que el derecho a ser reelegido de inmediato en la práctica se había transformado en algo más: en la práctica, implicaba dos gobiernos consecutivos, como se dio de hecho en los cuatro casos mencionados".

En ese marco, la doctora en Ciencia Política y académica de la U. de Chile, María Cristina Escudero, responde que podría ser una "carta de doble filo". "Los incumbentes tienen mayores posibilidades de ser reelectos porque tienen mayor conocimiento por parte de la ciudadanía, entre otras razones. Es verdad: la reelección inmediata hace que el gobierno de turno pueda tener más ventaja, pero también permite una evaluación por parte de la ciudadanía de si es que quiere que ese gobierno siga o no", plantea.

El Presidente en campaña

En ese contexto, el primer punto en la discusión es el escenario que se generaría con un Mandatario participando de actos de gobierno y giras presidenciales, o incluso haciendo propuestas legislativas, al mismo tiempo que busca ser electo una vez más. "Nuestra idiosincrasia política demuestra que las reelecciones producen riesgos de demagogia e intervencionismo importantes.

Mientras mayor acceso a la billetera fiscal tenga quien repostula, mayor el daño que puede provocar ese electoralismo y falta de probidad. En el caso del cargo de Presidente, el riesgo es máximo", dice Jaime Arancibia, abogado y director del Departamento de Derecho Público de la U. de los Andes.

Sin embargo, el artículo de la reelección tiene otro inciso que dice que "si postula a la reelección inmediata, desde el día de la inscripción de su candidatura, no podrá ejecutar gasto que no sea de mera administración ni realizar actividades públicas que conlleven propaganda a su campaña para la reelección" y mandata a Contraloría a dictar un instructivo que regule estas situaciones.

Así, el académico de la Facultad de Derecho de la UAI y director de Razones Constituyentes, Rodrigo Correa, asegura que "es posible evitar ese riesgo".

"Lo primero es que se debería superar la hipocresía en la que estamos inmersos. Un gobierno puede legítimamente asumir una posición en una elección o en un plebiscito y es evidente que puede manifestarla, en ese sentido, puede hacer campaña", plantea. No obstante, aclara que "no pueden usar recursos públicos siempre que no haya sido autorizado por ley, y en este sentido, al gobierno que va a una elección se le deberían aplicar las mismas reglas que se le aplican a todos los que están en ese escenario.

La ley determinará cuáles son los recursos que pueden o no utilizar, y con un buen trabajo de Contraloría no veo razón de que eso no se pueda fiscalizar adecuadamente".

En ese marco, Escudero resalta que lo importante es regularlo, porque "la no reelección inmediata no está exenta del todo de este riesgo, ya que un gobierno puede intentar favorecer electoralmente a una candidatura del mismo partido o coalición".

Los puntos positivos y negativos

Para la politóloga, uno de los beneficios del mecanismo es para la política de los partidos en general, que los obligaría a buscar mayor variedad de candidatos para las próximas elecciones, al saber que una vez electo y reelecto un candidato, ya no tiene más posibilidades.

"Los ex Presidentes quedaban siempre como una posibilidad de candidatos futuros y estaba perjudicando la renovación y la discusión interna de los partidos respecto de candidaturas de reemplazo y la oferta que se le hace a la ciudadanía", dice la académica.

Correa suma que "un período de 4 años es demasiado corto. Hace muy difícil proyectar políticas y hay diversas materias en que las políticas necesitan períodos más largos. En ese sentido, 8 años, con una reelección en el medio, lo que sería una suerte de plebiscito a la conducción del gobierno, puede ser positivo para desarrollar políticas de más largo plazo".

En cambio, para Arancibia no hay puntos positivos, sino al contrario. "La propuesta confiere a los parlamentarios, incluso en reelección, iniciativa de ley en materia de gastos y tributos.

El Presidente en reelección estaría bajo una presión muy grande de ceder a los ímpetus cortoplacistas e irresponsables de congresistas que buscan un nuevo período, una mala combinación", explica. Además, dice que podría ser contraproducente para la eficacia del Poder Ejecutivo, porque el Mandatario "recibiría palos porque boga y porque no boga, lo que podría provocar el problema contrario, parálisis gubernativa para no ser acusado de intervencionismo".

Asimismo, San Francisco suma que "la reelección se ha convertido en uno de los principales problemas de las democracias en América Latina desde fines del siglo XX, como se pudo apreciar en Perú con Fujimori y Venezuela con Chávez, por mencionar algunos casos. La fórmula cambia parcialmente las prioridades de gobierno, que se concentran más en la propia reelección que en otros temas, así como ha sido un elemento de personalización del poder".





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