Tal resultado se produjo pese a que un gran porcentaje de los establecimientos aplicó un currículum priorizado, según los lineamientos del Ministerio de Educación o sus propios parámetros.

Han sido múltiples las mediciones y análisis que han evidenciado el fuerte impacto que produjo la emergencia sanitaria en el plano educativo, tanto en aprendizajes como en el ámbito socioemocional de los escolares.

A nivel nacional, la Encuesta de Monitoreo Educacional en Pandemia, que se realiza mensualmente a directores de establecimientos desde el año pasado, ha permitido registrar aspectos como niveles de asistencia, bienestar de los estudiantes y de sus familias, así como rezagos en lectura y habilidades matemáticas.

En su última versión, que midió la semana de entre el 26 y 30 de septiembre, el estudio a cargo de académicos de la Escuela de Gobierno UC, el Instituto de Sociología UC y el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. De Chile identificó atrasos muy importantes en la cobertura curricular, así como amplias brechas en ese mismo punto si se compara entre colegios municipales, subvencionados y particulares pagados. En promedio, hasta esa última semana de septiembre no se había cubierto el 27.3 % del currículum escolar planificado a esa fecha.

Lo anterior, considerando además que un gran porcentaje de los establecimientos este año volvió a aplicar el denominado currículum priorizado, según los lineamientos del Ministerio de Educación o sus propios parámetros.

La brecha se refleja en que, mientras el 43% de los recintos municipales y el 38% de aquellos de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) no habían podido cubrir más del 70% de la planificación curricular que tendrían que haber cumplido hasta esa fecha, esta situación se da en el 26% de los subvencionados y solo en el 5,5% de los particulares pagados (ver infografía).

Para el director del CIAE, Juan Pablo Valenzuela, “si teníamos un rezago (en cuanto a aprendizajes) de dos años con mínima presencialidad, el primer año de presencialidad generalizada podría estar acentuando el deterioro en las oportunidades educativas de muchos colegios y estudiantes, sin haberse transformado en un proceso de recuperación del deterioro previo”.

La encuesta también muestra el nivel de vinculación de los estudiantes con sus establecimientos, y detalla que la asistencia se mantiene en torno al 75%, y que el 14% de los escolares no tuvo contacto con su colegio durante la semana analizada, una cifra que cayó a la mitad respecto de los reportes de junio y agosto.

Según Susana Claro, académica de la Escuela de Gobierno UC, “sería ideal tener a varios ministerios sentados juntos en una misma mesa trabajando por esto como prioridad nacional”, ya que considera que los establecimientos pueden incidir en la asistencia y el desarrollo de sus alumnos, pero que “no podemos dejarlos solos. Este es un desafío que va más allá de las escuelas”.

Otro aspecto que pudo levantar la encuesta son las principales inquietudes de los directores respecto del año escolar. La salud mental y el rezago de aprendizajes siguen siendo los focos de alerta.

En ese sentido, para Valenzuela es preocupante que “aunque ha pasado casi todo el año escolar, el rezago en los aprendizajes y en el bienestar socioemocional sigue siendo crítico en todo el sistema”.

Muestra En esta oportunidad, participaron 1.136 establecimientos, que corresponden al 13,3 % del universo de todo el país, y en su mayoría respondieron la encuesta los directores de los establecimientos.

Aligual que en otras versiones, la muestra tiene características similares y es representativa del sistema educacional, aunque con sobrerrepresentación de escuelas de zonas urbanas y de la Región Metropolitana.