El día 26 de abril se conmemora el día mundial de la semilla y según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “las semillas son la base principal para el sustento humano. Son las depositarias del potencial genético de las especies agrícolas y sus variedades resultantes de la mejora continua y la selección a través del tiempo”.

Del resguardo de semillas saben las huerteras del Territorio Cordillera Pehuenche, provenientes de las comunas de Lonquimay, Melipeuco, Curarrehue y Alto Biobío, que durante casi 4 años y en el marco de la iniciativa SIPAN, Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Nacional, han trabajado por la conservación de este patrimonio agrícola nacional.

En el marco de un trafkintu, actividad ancestral y cultural del pueblo mapuche, de intercambios de bienes y conocimiento, tales como semillas y plantas. que se realizó este 28 de abril en la comuna de Alto Biobío se llevó a cabo el lanzamiento del Catálogo de Semillas Tradicionales del Pueblo Mapuche. Participaron de esta actividad  el alcalde, Nivaldo Piñaleo , la Subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández,  la directora nacional de SIPAN y subdirectora de ODEPA, Daniela Acuña, la representante de FAO en Chile y representante adjunta para América Latina y el Caribe, Eve Crowley, la SEREMI de agricultura de Bio Bío, Pamela Yáñez, los directores regionales de INDAP Biobío Fabiola Lara y Araucanía Pablo González, el director regional de CONADI, Iván Carilao y el Coordinador Nacional de SIPAN, Jaime Valdés.

Este trabajo de investigación en terreno realizado por la Fundación Biodiversidad Alimentaria es una recopilación de variedades de semillas tradicionales presentes en el Territorio Cordillera Pehuenche, y su principal objetivo es promover los procesos de reconocimiento, valorización y conservación del patrimonio cultural, productivo, alimentario y fitogenético del Pueblo Mapuche, que desde hace décadas se encuentra en procesos de reemplazo y pérdida.

Desde el año 2020 hasta el 2022 trabajamos en el marco de SIPAN con diferentes comunidades y localidades, hicimos huertos semilleros y logramos rescatar 25 variedades algunas en riesgo de distintas especies, señala Esteban Ordenes, Coordinador Técnico de la Fundación de Biodiversidad Alimentaria.

La pérdida de patrimonio se da especialmente, en el caso de la semilla tradicional y su conocimiento asociado, ya que enfrenta procesos erosivos de gran impacto para la soberanía y seguridad alimentaria, cuando en un contexto de crisis climática, deberían ser más protegidos, promovidos y valorizados.

El alcalde de la comuna de Alto Biobío, Nivaldo Piñaleo, quien ofició de dueño de casa de esta actividad, agradeció el trabajo que está haciendo SIPAN en su comuna y las otras comunas que componen el Territorio Cordillera Pehuenche. Esta actividad nos impulsa a fortalecer la identidad de los pueblos originarios, sus prácticas, saberes y cultura. Agradezco a todas las instituciones presentes y la entrega de este material que es un llamado para seguir trabajando en la conservación y protección de estas semillas. Por último, un reconocimiento a nuestras mujeres trabajadoras de la tierra que tiene un rol muy importante y que con esta publicación ha quedado demostrado, señaló la autoridad comunal.

Para Daniela Acuña, subdirectora de ODEPA y directora nacional de SIPAN, rescatar, proteger y valorizar las semillas tradicionales que forman parte de los sistemas de vida de campesinas y campesinos, de agricultoras y agricultores tiene un valor patrimonial. “Estamos trabajando para visibilizar y fortalecer su contribución a una agricultura sustentable, a un desarrollo territorial con identidad cultural, y a la soberanía para la seguridad alimentaria”, señala Acuña.

Las especies que recoge esta publicación han sido clasificadas y ordenadas de acuerdo con la importancia y antigüedad que tienen en el territorio. Primero aparecen las semillas de origen americano que se encuentran desde hace cientos y miles de años en las manos de los pueblos originarios, y que se fueron adaptando, seleccionando y heredando de generación en generación, gracias a los intercambios producidos entre dichos pueblos. Posteriormente se encuentran las semillas traídas del viejo mundo, es decir aquellas que eran desconocidas para el pueblo mapuche y fueron traídas por los españoles durante su llegada al territorio, especies que con el tiempo se adaptaron a nuestras condiciones y perduran hasta hoy.

La información que contiene el catálogo de semillas tradicionales del pueblo mapuche ayudará a preservar el conocimiento de las y los agricultores locales, señaló Eve Crowley, Representante de FAO. Puede servir de base para promover prácticas agrícolas sostenibles y amigables con el medioambiente ya que, a menudo, las semillas tradicionales son más resistentes a enfermedades lo que reduce el uso de pesticidas o fertilizantes. La FAO promueve el valor de las semillas tradicionales en todas las culturas indígenas, en línea con los objetivos de mejorar la seguridad y soberanía alimentaria de los distintos pueblos, de la mano de una agricultura más sostenible. Pero, además, nos permite proteger la cultura y la identidad de los pueblos indígenas, comenta Crowley.

La Subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández “Como Gobierno del Presidente Gabriel Boric relevamos el respeto, el reconocimiento, la promoción de la identidad y de la diversidad cultural. Nuestro ministerio mantiene un trabajo permanente con los pueblos originarios en las distintas regiones del país, reconociendo la gran contribución que ellos realizan en materia de seguridad alimentaria. El catálogo que presentamos hoy es una muestra del trabajo desarrollado en conjunto, que da a conocer una gran variedad de semillas del Territorio Cordillera Pehuenche. Esta iniciativa es una contribución al rescate de este elemento tan necesario en la producción agrícola y pone en valor a quienes trabajan en los sectores rurales, especialmente la labor que realizan las mujeres huerteras para proveer de alimentos a la población”, señaló la autoridad.

La Iniciativa Red SIPAN busca reconocer y conservar sistemas importantes del patrimonio agrícola nacional, con la creación de una red de territorios en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Biobío y La Araucanía. Esta iniciativa cuenta con la supervisión y apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) gracias al financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y es impulsada por el Ministerio de Agricultura de Chile a través de ODEPA, INDAP, CONAF y CONADI.