Hasta Valparaíso tuvo que viajar el Contralor General de la República, Jorge Bermúdez, para participar en dos comisiones distintas del Congreso durante este martes. En primera instancia, compareció en la Comisión de Vivienda y Urbanismo del Senado, lugar al que fue invitado para entregar antecedentes respecto a la situación de traspasos de recursos fiscales a fundaciones y corporaciones, que se ha abierto a propósito del Caso Convenios.

Pero uno de los puntos más relevantes de la presentación fue el análisis realizado respecto a los Gobiernos Regionales. A modo de contexto, se presentó que los 16 Gore tuvieron una ejecución del 99.3% promedio respecto a los gastos planificados para el año.

Sin embargo, las alarmas del equipo de Contraloría se encendieron al percatarse que, del total del presupuesto, se usó una parte importante casi terminando el 2022. En promedio, el 31.6% de los recursos de estas administraciones fueron gastados en diciembre. Incluso, en regiones como O'Higgins, Antofagasta, Coquimbo, Arica y Parinacota, y Los Lagos, se ocupó más del 40% solamente durante ese mes.

Un dato que sirve para analizar la forma en que se están utilizando los recursos, pero sobre todo los métodos utilizados para cumplir con el plan de gasto inicial. Al hacer la comparativa entre la forma en que se pretendía ocupar el presupuesto de principio de año y lo que realmente ocurrió, la Contraloría determinó que las transferencias aumentaron un 45,5% respecto a lo originalmente previsto.

"El Gore es un órgano que, básicamente, hoy día lo que hace es transferir recursos a terceros, no tiene capacidad para ejecutarlos él mismo", dijo el contralor Jorge Bermúdez.

¿Qué dijo en la Comisión de Hacienda?

Un argumento que volvió a repetir durante la tarde en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, donde fue invitado precisamente a comentar el proyecto que tiene por objeto dictar normas sobre el financiamiento de los Gobiernos Regionales.

Dentro de las conclusiones, se planteó que desde la CGR ven con preocupación que la ley avance tal cual como está, y que podría agudizar los problemas de falta de control que se han conocido durante las últimas semanas.

En el cierre, el Contralor enfatizó en que los argumentos de eficiencia y rapidez, no pueden ser una excusa para evadir la fiscalización y defendió que, desde el inicio de su gestión, han notado mediante el seguimiento legislativo una actitud contraria al rol del organismo que encabeza.

"Existe una especie de tendencia o pulsión a sacar el control que existe por parte de la Contraloría", planteó Bermúdez.