Regional
Crónica
12/02/2024
Este año se implementará en el Biobío el Programa de Recuperación y Restauración Forestal para la Prevención de Incendios Paisajes Resilientes, dirigido por la Corporación Nacional Forestal, el cual pretende construir la reforestación de una superficie aproximada de 1.100 hectáreas con especies nativas. A través de esta iniciativa se permitirá recuperar los bosques siniestrados y coordinar su manejo.
Durante estos días Seremi del Medio Ambiente ha estado realizando la evaluación de puntos críticos de áreas naturales, en una mesa liderada por la Delegación Presidencial, y también ha aportado con recursos humanos y con la capacidad técnica para hacer las labores de restauración.
"Estamos trabajando fuertemente en el plan regional, que incluye hacernos cargo y adaptarnos a las condiciones del cambio climático, pero conociendo amenazas. La idea es que podamos desde ahí planificar y plantear una hoja de ruta que nos permita ir viendo los efectos que tiene esto", señaló el Seremi de Medio Ambiente, Pablo Pinto.
Tras los incendios forestales de 2023 se reforestaron 544 hectáreas gracias a los programas Siembra por Chile, del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), y Más Bosques, de la Conaf, donde la corporación no solo llevó a cabo plantaciones en sectores afectados por los incendios, sino que además en sitios en los que existía una necesidad de los propietarios por establecer especies nativas.
Desde Conaf indicaron que, en esta fecha, para 2023, Biobío reportaba 117 mil hectáreas afectadas, mientras que durante 2024 solo se han informado 3. Cabe destacar que, hasta el momento, se han intervenido siete predios en las comunas de Florida, Tomé y Santa Juana, afectadas por los siniestros, de la mano con proyectos y programas como el GEF Humedales costeros, GEF de Restauración y Fndr PRELA.
Es importante destacar que el país cuenta con un Plan Nacional de Restauración de Paisajes, en el marco del Acuerdo de París ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Esto compromete a Chile a tener al menos un millón de hectáreas de paisajes en procesos de restauración al 2030, además de reducir los factores de amenazas que deterioran la biodiversidad por medio de la gestión de riesgos de incendios, inundaciones y sequías.